Es domingo a la noche y me junto con una familia de desconocidos a comer una rica picada en el Abasto Social Club.
Dos mesas largas, en forma de cruz y con mantel rayado, nos convocan a todos en este espacio que es butaca y escenario a la vez. “A mí me dijeron que comés y en un momento, te cuentan un cuento de Carver. El que más ‘da’ dependiendo de la situación”. Así hablaba con mis amigas, mientras me servía vino en una copa y con la otra mano, atajaba un cuadradito de queso de un platito lejano, con la sensación de estar haciendo una travesura; ahí, en una mesa que no es la de mi casa, ni la de ningún familiar ni siquiera lejano.
Todos nos vamos aflojando, sacándonos la vergüenza, probando los distintos bocaditos que aparecen a lo largo de las dos mesas. Alguien saca una cerveza que se trajo de su casa y a los diez minutos, ya le pedíamos a algún vecino que nos pasara la otra gaseosa porque la Light no nos gustaba.
Así como quien no quiere la cosa, en plena vivencia de lo cotidiano, pero extrañado (tal como ocurre con los cuentos de Carver), una actriz ataca verbalmente a otro actor y el tono cambia. Seguimos tomando vino, pero no sabemos bien si hay que mirar o no mirar o a quién mirar; como si mi tío discutiera con mi tía en medio del asado del domingo. Sí, somos parte del lugar en el que acontece el presente de esa ficción, de esas historias cotidianas corridas de eje. Los actores se paran, caminan entre las sillas, toman algún objeto de la mesa, se sientan entre nosotros, se hablan unos a otros, nos miran, nos implican. Respiramos con ellos. Una escena queda interrumpida, con la latencia de los puntos suspensivos. Y de repente, alguien nos recita un poema, ese formato de lenguaje que nos es tan distante. Entonces, nos volvemos a convencer de nuestra condición de espectadores. En esta oscilación entre incorporarnos a la ficción y recordarnos que no somos parte de ella es que “Parte de este mundo” coquetea con nosotros, se nos vuelve experiencia física, nos impacta en el cuerpo.
Adrián Canale logra poner en escena algo más que simplemente la adaptación teatral de los cuentos de Carver, sino la huella que ellos dejan en nosotros.
Es justo resaltar el trabajo actoral del grupo que percibe a su público con aguzada atención y le devuelve algo de lo que allí ya estaba latiendo sin palabras. Destaca la profundidad del trabajo de Tian Brass, Silvio Palmucci, María Zambelli y la actriz invitada de la fecha, Natalia Olabe.
Un trabajo sensible para cerrar el fin de semana con la panza llena y el corazón contento.
Ficha Artística:
Dramaturgia: Adrián Canale
Actúan: Tian Brass, Valeria Castro, Sergio Di Florio, Silvio Palmucci, Sylvia Tavcar, Ximena Viscarret, Maria Zambelli
Ambientación: Gabriela Delmastro
Diseño de vestuario: Gabriela Delmastro
Asistencia de dirección: Belén Bevcar
Prensa: Daniel Franco, Paula Simkin
Dirección: Adrián Canale
ABASTO SOCIAL CLUB
Yatay 666 CABA
Reservas: 4738-3964
Web: http://www.abastosocialclub.wix.com/yatay666
Con consumición: $ 60,00 / $ 45,00 - Domingo - 20:00 hs - Hasta el 12/05/2013
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